miércoles, 24 de septiembre de 2014

JESÚS LA VID VERDADERA

Si leemos ligeramente los primeros versículos del capítulo 15 del Evangelio Según San Juan, podríamos pensar que el mensaje de Jesús es condenatorio; pero leyendo detenidamente el contexto, es uno de los  mensajes más incluyentes, reveladores, y amorosos.

La invitación enfática que hace Jesucristo, es a PERMANECER. Vemos esta palabra repetida 10 veces en los primeros 10 versículos del texto. Esta es una revelación hermosa del secreto al éxito y la reiteración de la seguridad absoluta de Vida Eterna que tenemos en Cristo Jesús.

Jesús dice que si permanecemos en Él y sus Palabras permanecen en nosotros, podemos pedir todo lo que queramos y nos será hecho. Es una oferta increíble y la vez suena como música a nuestros oídos.

Primeramente Jesús habla a dos grupos grandes de personas. Los que dan fruto y los que no dan fruto. El Señor se presenta en esta ilustración como la Vid y nosotros los pámpanos. Dice que todo pámpano que NO da fruto será quitado. Luego dice que será echado fuera, y será quemado. Y todo pámpano que Da fruto será podado para que lleve más fruto.

Da a entender que la relación que tenemos con Jesús por consecuencia debe ser fructífera, o sea se tiene que manifestar un fruto en la unión del creyente con el tronco de la Vid que es Jesús. En una vid, entendemos que la savia, los nutrientes, esto es la vida de las ramas, fluye desde la raíz y tronco. Las ramas son beneficiarias de esta unión tan perfecta.

Importante es lo que dice a quién da fruto: Sera podados, para que lleve más fruto. Esto significa que Dios en quién vea fruto, se ocupará en limpiarlo, en cortar todo lo que impida un fruto abundante. La pregunta es: ¿Estás dispuesto a dejar que el Señor corte y elimine de ti lo que impida que tu relación con Él sea fructífera?

Jesús hace una oferta espectacular en el versículo 7: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”. ¡Que tremenda oferta! O sea que nos da la clave para que lo que realmente pedimos (de acuerdo a la voluntad de Dios) sea hecho.

Cuando no tienes mayores dificultades, cuando todo está aparentemente bien, este es un versículo más, y quizás pasa inadvertido en tu lectura. Pero cuando estás en aflicción, cuando has tocado puertas, has orado por alguna necesidad grande, entonces este versículo es de ser tomado muy en cuenta.  Por lo tanto te recomiendo que pongas toda diligencia en recibir las instrucciones de parte de Dios.

El Maestro da dos requisitos para que tu petición sea contestada y recibas lo que pides: Primero PERMANECER en Él; y luego que sus Palabras PERMANEZCAN EN TI.

En síntesis, permanecer en Él, significa mantenerse creyendo como cuando lo recibimos, mantener nuestra declaración que Jesucristo es el Señor de nuestras vidas. (Como dice Colosenses 2.6 “De la manera que recibiste a Cristo, andad en Él.”)

Jesús dice también que él es la Cabeza de Su Cuerpo que es la Iglesia. Esto llevado a la práctica, estar en Él, es estar unido a Su Cuerpo que es la iglesia. Porque todas las promesas son EN Jesús. O sea que fuera de esta unión, “Nada podéis hacer”

Además dice que sus Palabras permanezcan en nosotros. Es común pensar que esto signifique aprenderse de memoria la Biblia; no es eso precisamente, ya que no es lo intelectual lo que quiere decir el Señor. Es que su Palabra este atesorada en nuestro corazón, arraigada. Un ejemplo: La comida buena que ingerimos, viene a convertirse en parte de nuestro propio organismo, los minerales, vitaminas, proteínas etc., se convierten en flujo sanguíneo, músculos, etc. y literalmente permanece en nosotros. Así mismo la palabra que oímos, que creemos, meditamos y obedecemos, se convierte en parte de nuestro ser espiritual. Por lo tanto esa Palabra asimilada que ahora permanece en nosotros, es el nutriente que fluyó desde tronco. Sera la savia espiritual que producirá frutos y esos milagros que tanto necesitas en tu vida y en los que amas.

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

Y por último Jesús deja en claro que esta unión con Él no es solo para recibir milagros, y vivir una vida feliz en la tierra; sino que es imprescindible ya que siendo el Camino, la Verdad y la Vida “Nadie va al Padre si no es por Él”.

Mi recomendación es que medites en estas escrituras y recibas la revelación del Espíritu Santo de volverte al Señor de todo corazón y obedecer su Palabra, ya que estamos en tiempos finales, que son tiempos peligrosos llenos de apostasía y doctrinas de demonios.

Dios te bendiga.


Pastor Antonio Martinez