Santiago 1:8: El hombre de doble ánimo (dos mentes)
es inconstante
(inestable) en todos sus caminos.
¿Qué es
el doble ánimo?
El
doble ánimo es una forma de llamar a una persona inconstante, es cuando hoy
dice si y mañana no; es cuando hoy cree en Dios porque está bien y mañana no
tanto porque está enfermo; es cuando hoy es una persona llena de fe y mañana no
lo es por alguna circunstancia que le ocurrió; es cuando hoy tiene la
convicción de algo y mañana ya no está convencido de nada.
El
Apóstol Santiago compara a la persona llena de dudas con una onda del mar: si
ustedes han observado detenidamente el mar, las olas no se crean por sí mismas,
las olas no tienen voluntad propia sino que cualquier ráfaga de viento las
mueve de un lugar a otro. La ola es inconstante, es flexible, así nos dice la
biblia que es la persona de doble ánimo. Y termina
diciendo que la persona de doble animo es inconstante en TODOS sus caminos
(Santiago 1:8).
¿Por
qué esta afirmación es así de dura?
Una
persona inconstante es insegura, falta de dominio propio, y es guiada por sus
emociones. Es una
persona que fácilmente es movida de su convicción; es una persona que cualquier "problemita" lo tira al suelo; es una persona que cualquier cosa le hace enojar; es una persona que hoy se sabe la Biblia entera y cuando viene el problema no echa
mano a lo que cree, sino que actúa en forma emocional.
Conflicto interno
El
asunto es que como somos seres espirituales, también tenemos un alma que razona
y muchas veces en contra de lo que dice la Palabra de Dios. Nos damos cuenta
que tenemos dos opciones para pensar: una es producida por lo que vemos, por la
“realidad” y las circunstancias y la otra es lo que dice la Palabra de Dios.
Constantemente
debemos decidir a quién hacerle caso: si a lo que vemos o seguir confiando en
lo que Dios dice.
Jesús
dijo:
Antes
bien, sea su hablar: “Sí, sí” o “No, no”; y lo que es más de esto, procede del
mal. (Mateo 5:37)
Lo que
hablamos con nuestra boca está ligado a lo que creemos en nuestro corazón. Por
esa razón debemos afirmarnos solo en lo que Dios dice.
Hubo un
episodio en la historia de Israel que relata la Biblia donde el pueblo se había
contaminado con costumbres extrañas, practicaban la idolatría y daban culto a
un Dios pagano llamado “Baal”, sin embargo curiosamente aun seguían con
costumbres religiosas hacia nuestro Dios al mismo tiempo, pero a su propia
manera. Esta situación hace que Dios envíe sobre la región una gran sequía y
hambruna y en aquellos días un hombre llamado Elías era el profeta de Dios y
este un día se presentó ante ellos y confrontándolos les dijo:
¿Hasta cuándo vacilarán entre dos
opiniones?
Si el SEÑOR es Dios, síganle; o si Baal es Dios, pues síganle a él. Pero el
pueblo no le respondió ni una palabra. (1 Reyes 18:21)
No podemos
engañarnos, si queremos ver buenos resultados en la vida, debemos entender que no puede haber bendición, ni prosperidad
en un corazón dividido entre dos mundos y entre dos opiniones. A Dios no le
sorprenden las palabras ni las grandes y extensas oraciones; a Dios le
sorprende tu corazón y sobre todo un corazón firme que contra viento y marea
sabe quién es Dios y lo que puede hacer en su vida.
Dios te
bendiga.
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