La cruz es vertical y horizontal. Nuestra relación con Dios es vertical; no tenemos problemas para relacionarnos con Él, porque hemos sido redimidos, justificados en nuestros espíritus, y le amamos y tenemos buena comunión con Él. Romanos 5:1 "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo".
Ahora horizontalmente, nuestra relación debe ser con nuestro prójimo. Debemos hacer algunos cambios (Efesios 4:22-32). Su palabra nos enseña que debemos cambiar (Santiago 3:13-16) para poder amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Tu relación con los demás es un desafió que debes vencer.
Dios demanda de nosotros que llevemos frutos. Muchos piensan que las obras que nosotros hacemos son los frutos, pero no lo es. Por ejemplo: predicar, cantar, evangelizar, servir en algun ministerio, etc., etc. Las obras que hacemos es lo que Dios nos ha mandado hacer a cada uno de nosotros, y una vez hecha, siervo inútiles somos, porque hicimos lo que teníamos que hacer. Pero, Él demanda que llevemos frutos. Juan 15:1-2 "Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto". Dios no se glorifica en las obras, sino en los frutos.
Juan 15:8 "En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos".
Juan 15:5 "Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer".
Gálatas 5:22-24 "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos".
Nuestro espíritu fue recreado a través del Espíritu Santo, y debemos dar frutos. Dios hizo su parte, ahora nos corresponde a nosotros hacer la nuestra. El amor de Dios fue derramado en nuestros corazones, para poder amar aún a nuestros enemigos. Debemos amar y tratar bien a nuestro prójimo. El Señor no demanda algo que no podamos cumplir. Él lo hizo, y sabe que nosotros también podemos hacerlo.
Juan 15:17 "Esto os mando: Que os améis unos a otros".
Efesios 5:1 dice que debemos ser imitadores de Dios como hijos amados. Él es un Dios bueno y benigno, lleno de amor y misericordia, así también debemos ser nosotros.
Amen.
Saludos y bendiciones.
Pastor Rafael Martinez