Todos los que hemos llegado a
recibir a Jesucristo como nuestro Salvador, hemos llegado de alguna manera con
algún tipo de necesidad. Sea este de
índole emocional, sentimental, económica, alguna adicción, etc. etc. Por supuesto que el verdadero problema de
todo ser humano no es alguno de los antes mencionados, sino uno que es común a
toda la humanidad, y raíz de toda problemática humana y espiritual: El pecado. Aun así, Dios entiende que
no vemos más allá de nuestra necesidad inmediata, y nos da la oportunidad de
creer y ser salvos.
Jesús dice en su Palabra. En Mateo 11.28. “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. La pregunta es. ¿Que tenía en mente Jesús cuando dijo estas palabras? ¿Cuál era el blanco donde apuntaba Jesús? ¿Cuál era la prioridad de su discurso?
Lo que Jesús tenía en mente era el Reino de Dios,
adonde apuntaban sus palabras era a la
vida venidera. Los beneficios de la Salvación se ven de inmediato: La Paz de
Dios, el Gozo de la salvación, sanidad, etc. Aparte de muchas promesas que son
para recibirlas aquí en vida. Pero sus principales promesas no son de para este
mundo. Muchas personas toman palabras de la Biblia al azar y traducen todo lo
escrito a la vida material. La Biblia dice que debemos acomodar los espiritual
a lo espiritual, o sea discernir los dichos del Señor en forma espiritual.
La gran causa
de desilusión
en algunos seguidores de Jesús creo que es porque esperan que todo se
materialice y solo aprecian los beneficios del Reino a través de sus sentidos.
Por otro lado, está el grupo de personas
que viene a Jesús como el “salvador de sus problemas” esperando que el Señor
intervenga en ellos y se los resuelva. Muchos de estos seguidores permanecen
fieles mientras dura el problema. Una vez resuelto este, se vuelven atrás. Como
se hace con un extintor de incendios: una vez apagado el fuego, se guarda.
Jesús congregaba
gran número de personas en sus reuniones, podríamos decir que tenía una “prospera Iglesia”; ya
que la gente lo seguía al ver los milagros y recibiendo los beneficios
inmediatos de seguirlo. Pero se desilusionaban cuando Jesús les hablaba
claramente su mensaje. Podríamos decir literalmente que “se le vaciaba la
iglesia”. En una ocasión fue tal la desilusión de sus seguidores a causa de sus
palabras, que todos se fueron de su lado, excepto sus apóstoles. “Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis
acaso iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos?
Tú tienes palabras de vida eterna”. (Juan 6:67,68). Pedro con su
respuesta dijo a Jesús que entendían la importancia de lo eterno por sobre lo
material.
A Jesús no le
interesaba
tener una gran congregación, aun cuando el reunía a muchos miles en su vida
pública. La prueba de esto es que al final, antes de partir, tenía solo 11
discípulos y en total 120 seguidores. Lo que le interesaba era entregar las
Palabras que recibió del Padre. Jesús estableció bien claro que su Reino no era
de este mundo.
Creo
firmemente que la desilusión viene a muchos cristianos cuando las palabras del
Señor no coinciden con los planes que ellos tienen para con sus vidas, cuando
el caminar con Jesús no cumple sus expectativas. Cuando no enfocan su vista en
lo eterno. La Biblia dice: “…no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las
que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven
son eternas” (2 Corintios 4.18).
La Gran
pregunta es: ¿Quién es para ti Jesús? Si esperas
que sea alguien que tú uses solo para resolver tus problemas, tengo malas
noticias que darte. Jesús no está interesado en seguirte a ti, ni en llevar a
cabo tus planes; por muy sinceros que sean.
Él quiere que le proclames como el Señor de tu vida,
y que creas y obedezcas su Palabra. Él te promete a cambio, estar contigo todos
los días hasta el fin, ser tu Pastor guiándote a hacer Su voluntad y al final
darte amplia la entrada al Reino de los Cielos, “y estar así para siempre con el Señor”.
Jesús dice: “Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de
la vida”. (Apocalipsis 2:10:)
Bendiciones!!
Pastor Antonio Martinez