martes, 28 de mayo de 2013



Efesios 2:8-9 ¨Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no es de vosotros, pues es un don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe".


La gracia es el favor inmerecido de Dios hacia el hombre. La gracia es todo lo que tú necesitas, porque la gracia es todo lo que Dios tiene para ti y lo que te ha dado gratuitamente. No tienes que pagar nada, ni hacer nada para ganártela. La salvación se recibe por gracia a través de la fe. Es un regalo de Dios, y un regalo no se paga (porque obviamente, si lo pagas, ya deja de ser un regalo).

Tito  2:11 ´¨Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los  hombres¨. A través de Jesucristo vino la gracia. Ahora, imagina la gracia como un paquete grande (por así decirlo); a medida que tú lo vas abriendo, observas que trae: la salvación, la sanidad, la justificación, la redención, la sabiduría, la prosperidad. Con eso te das cuente que fuiste aceptado en el Amado, perdonado por Dios gratuitamente y que solo tienes que recibirlo!!! ¿Qué haces cuando alguien te da un regalo? Sólo lo  recibes. Así es la gracia de Dios,  fue dada por Jesucristo, cuando dijo ¨Consumado es, la deuda está pagada"; eres salvo por medio de la fe.  La gracia es lo que Dios hace por ti, y la fe es tu respuesta positiva a lo que Dios te ha dado. Como ves, no solo es la gracia, sino también la fe; ambas actúan juntas para recibir.

Hebreos 10:12 ¨Pero Cristo habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios". La mayoría de las religiones te predican que tienes que hacer obras para ganarte la salvación, lo cual es contrario al evangelio, que son buenas noticias para salvación. La  gente sin saberlo, está tratando de ganar por sus obras lo que ya pagó Jesucristo en la cruz del Calvario.  Juan 3:16 ¨Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna".  Porque su hijo Jesús, no vino a condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él.  
Amén.

Saludos y bendiciones!!

Pastor Rafael Martinez

martes, 21 de mayo de 2013



¡NECESITO UN CAMBIO!

¿Cuantos de nosotros hemos llegado a ese momento de reconocer que realmente necesitamos un cambio radical?

Para que haya un cambio verdadero y definitivo, lo primero que tiene que cambiar es nuestra forma de pensar, ya que nuestras acciones siempre están precedidas por pensamientos.
La mejor manera para romper los patrones de pensamiento que hemos almacenado en nuestra mente a través de nuestra vida, es dejando entrar una nueva información que tenga el poder de derribar las fortalezas que se hayan levantado en la mente. La Palabra de Dios es la única que tiene el poder que nos permitirá el verdadero cambio.

De esa manera los modelos del pensamiento destructivos que una vez recorrían dentro de mi cabeza, comienzan a ser reemplazados con lo que la Palabra de Dios dice.

Hay muchas áreas de nuestra vida que necesitan un cambio radical; solamente el Espíritu Santo que mora dentro del creyentes puede revelarnos las áreas que necesitan ser transformadas. El Espíritu Santo no sólo detecta el problema, sino que también lo revela a nosotros y más aún, nos da el poder que nos ayuda en el proceso de cambio.

RENOVAR LA MENTE: La mejor manera de COMENZAR a renovar nuestras mentes es:

1. Ver en la Biblia y aceptar lo que Dios dice acerca de nosotros. Empezaremos a pensar en nosotros mismos de la misma forma que Dios piensa. Una transformación tendrá lugar en nuestro interior: comenzaremos a renovar los pensamientos en nuestra mente.
Es por eso que la Biblia dice en 2 Corintios 10:5 “Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. Cada pensamiento en nuestra mente debe estar sujeto a Cristo. Hay una batalla constante en nuestra mente. El primer hábito para realizar el cambio es llenar nuestra mente con los pensamientos de Dios.

2. El  solo hecho de leer no cambiara mi mente, ya que la palabra tiene que ser tragada; digerida en nuestro espíritu. De la única manera que La Palabra se quedará en nosotros como una verdad absoluta, es OBEDECIÉNDOLA. O sea, poniéndola por obra.

La Biblia dice queLámpara es a mis pies tu Palabra y lumbrera a mi camino”. Necesitamos de la sabiduría de Dios para hacer frente a los desafíos diarios de la vida.
Si queremos de verdad cambiar, debemos obedecer. No sacamos nada con ir al médico, que nos examine, y que nos de instrucciones de cómo podemos ser libres de la dolencia que nos aqueja, si no vamos a tomar en cuenta el consejo (“Mis palabras son vida a los que las hayan, y medicina a todos tus huesos”). De la misma manera, si leemos y leemos, pero no seguimos el consejo de las palabras de Dios, no hará efecto de cambio en nuestras vidas.

Veremos a través de la lectura de la Palabra, que el Espíritu Santo comenzará a darnos revelación de lo que está escrito y nos daremos cuenta que cada día se hace más dulce  su lectura, y lo que en algún momento era leer sin entender, se convierte en un caminar más íntimo con Dios.

Los modelos del pensamiento destructivos que antes recorrían tu cabeza, empezarán a ser reemplazados con lo que la Palabra de Dios dice. Comenzarás a darte cuenta de tu verdadera identidad y de los beneficios de ser hijos de Dios. Además vas a ir notando cambios en tu manera de pensar.

·         Algunos efectos que la Palabra producen al obedecerla son:

Disciplina en lugar de desorden, compromiso en lugar de indiferencia, rectitud en lugar de maldad, amor en lugar de odio, fe en lugar de incertidumbre, seguridad en lugar de incertidumbre, perdón en lugar de amargura, certeza en lugar de ansiedad, felicidad en lugar de depresión y fe y esperanza en lugar de temor.

Leer la Biblia te dará el cambio de corazón que necesitas. Eso es ese “algo” que has andado buscando. Te dará el avance más grande de todos: leyendo y practicando lo que la Biblia dice, te permitirá verte como Dios te ve.

A medida que leas su palabra, la paz de Dios empezará a inundar en tu corazón. Así reprogramarás tu mente y empezarás a ver las cosas desde la perspectiva de Dios. Aún más, comenzarás a estar conectado a la voluntad de Dios.


¡La Palabra de Dios tiene el poder de cambiarnos radicalmente! ¡Dios te bendiga!

Pastor Antonio Martinez.

miércoles, 15 de mayo de 2013




Hoy en día  todavía hay muchas predicaciones que mezclan  la ley y la gracia, y esto no sólo trae confusión, sino culpabilidad, temor y condenación.

Si revisas el Antiguo  Pacto, encontrarás que ninguna sola persona bajo ese pacto fue bendecida o justificada por la ley. Ninguno logró alcanzar el estándar perfecto de la ley. No se podía!! Incluso el rey Salomón que reino en la era dorada del antiguo Israel, a pesar de toda su sabiduría e entendimiento, falló.

Hay algunos que piensan que si predican más duro contra el pecado y prohibiciones acerca de la ley, la gente quedara libre del pecado. Los hijos de Israel estuvieron 1500 años bajo la ley. Hizo la ley que se detuviera el pecado? No! Hay alguna base fuerte que indique que la ley detuvo el pecado? No, en absoluto!

La ley es como un espejo, que nos muestra cuan pecadores, indignos, imperfectos, injustos y sucios somos. Pero esta no nos puede limpiar; sólo nos muestra como un espejo, la falta. 

Rom. 3:20 ¨Ya que por las obras de la ley ningún ser humano puede ser justificado delante de Él,  por que por medio de la ley es el conocimiento del pecado"(conciencia de pecado).
La ley sólo nos muestra nuestra condición, pero no nos puede hacer justos y dignos. Sólo Jesucristo lo pudo hacer a través de su cruz. Nos hizo justo y acepto en el Amado. 

Rom. 3:21-22 ¨Pero ahora aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios (la gracia) testificada por la ley y los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo,  para todo aquel que cree en Él".
La justicia te es dada gratis, no se puede comprar. Si intentas ser justo por tus buenas obras, y te esfuerzas por cumplir los diez mandamientos, para merecer la justicia, lo que haces es negar la cruz de Jesús. Es como si dijeras:  "La cruz no basta para ser justo ante Dios". Gálatas 2:21 ¨No desecho la gracia, si pues por la ley fuese la justicia, entonces en vano murió Jesús". Pero Él murió para hacerte justo y recto ante Dios, y ser un vencedor ante el pecado.


Bendiciones!!


Pastor Rafael Martinez

martes, 7 de mayo de 2013


¿CUÁL ES TU POSICIÓN… HIJO O MENDIGO?



La Palabra nos habla que la salvación no es por obras, sino por gracia por medio de la fe en Cristo Jesús.  Así mismo dice la Biblia que  fuimos creados en Cristo, para buenas obras.

Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
2:9 no por obras, para que nadie se gloríe. 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Para ser salvos no hubo intervención alguna de obras nuestras. De hecho dice la Biblia que “por cuanto todos pecaron quedan cortos de la Gloria de Dios” (traducido  de la versión K. James).
Esto indica que no hay obra suficiente que pueda hacer  algún ser humano merecedor de la salvación. Como es imposible para el hombre redimirse a sí mismo del pecado; Jesús tuvo que venir a la tierra, hacerse hombre, padecer y morir para satisfacer la Justicia de Dios y para que mediante  el nuevo nacimiento pudiéramos  llegar a ser ahora verdaderos hijos de Dios.

Desde la posición de hombre caído no hay nada que podamos hacer; solo creer en Jesucristo para ser salvo. Pero desde la posición que tenemos ahora de ser hijos de Dios, estamos capacitados y habilitados para vivir vidas diferentes.
Ya el hacer obras, orar, predicar, etc. no es para tratar de pagar algo, sino como consecuencia de la nueva naturaleza que tenemos en Cristo, a través de la cual somos más que vencedores y podemos agradarle.

Desde la posición actual de hijos, tenemos acceso directo al Padre, podemos acercarnos al mismo trono de la Gracia de Dios. Ya no hay que hacer sacrificios para pagar o tratar de merecer su favor; sino que sacrificamos alabanza, fruto de labios, que confiesan su Nombre. Ya le alabamos porque sabemos que Él está con nosotros y le adoramos porque estamos capacitados para ello como hijos suyos.

Desde mi nueva posición, ya no soy mendigo, sino hijo. Como tal puedo relacionarme con mi Padre a través del Espíritu Santo que envió a morar dentro de mí; el cual permanece conmigo “para siempre” y que me capacita y me empodera de lo necesario para vivir una vida agradable delante de nuestro Dios.

La religión, que no es otra cosa sino el esfuerzo humano por tratar de llegar a Dios, te dirá que nunca será suficiente lo que hagas para ganarte el favor de Dios…Pero la revelación que te da la palabra de Dios, te da la seguridad que estas en Cristo y que ya eres hijo de Dios.

1 Juan 3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.


Qué bueno es estar en esta posición de hijos!! Si aún no estás seguro, o no te es razonable y piensas que aun tienes que merecerte el favor de Dios, te aconsejo que ores y le pidas la revelación de su Palabra para que conozcas la verdad y seas realmente LIBRE.


Pastor Antonio Martinez