martes, 7 de mayo de 2013


¿CUÁL ES TU POSICIÓN… HIJO O MENDIGO?



La Palabra nos habla que la salvación no es por obras, sino por gracia por medio de la fe en Cristo Jesús.  Así mismo dice la Biblia que  fuimos creados en Cristo, para buenas obras.

Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
2:9 no por obras, para que nadie se gloríe. 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Para ser salvos no hubo intervención alguna de obras nuestras. De hecho dice la Biblia que “por cuanto todos pecaron quedan cortos de la Gloria de Dios” (traducido  de la versión K. James).
Esto indica que no hay obra suficiente que pueda hacer  algún ser humano merecedor de la salvación. Como es imposible para el hombre redimirse a sí mismo del pecado; Jesús tuvo que venir a la tierra, hacerse hombre, padecer y morir para satisfacer la Justicia de Dios y para que mediante  el nuevo nacimiento pudiéramos  llegar a ser ahora verdaderos hijos de Dios.

Desde la posición de hombre caído no hay nada que podamos hacer; solo creer en Jesucristo para ser salvo. Pero desde la posición que tenemos ahora de ser hijos de Dios, estamos capacitados y habilitados para vivir vidas diferentes.
Ya el hacer obras, orar, predicar, etc. no es para tratar de pagar algo, sino como consecuencia de la nueva naturaleza que tenemos en Cristo, a través de la cual somos más que vencedores y podemos agradarle.

Desde la posición actual de hijos, tenemos acceso directo al Padre, podemos acercarnos al mismo trono de la Gracia de Dios. Ya no hay que hacer sacrificios para pagar o tratar de merecer su favor; sino que sacrificamos alabanza, fruto de labios, que confiesan su Nombre. Ya le alabamos porque sabemos que Él está con nosotros y le adoramos porque estamos capacitados para ello como hijos suyos.

Desde mi nueva posición, ya no soy mendigo, sino hijo. Como tal puedo relacionarme con mi Padre a través del Espíritu Santo que envió a morar dentro de mí; el cual permanece conmigo “para siempre” y que me capacita y me empodera de lo necesario para vivir una vida agradable delante de nuestro Dios.

La religión, que no es otra cosa sino el esfuerzo humano por tratar de llegar a Dios, te dirá que nunca será suficiente lo que hagas para ganarte el favor de Dios…Pero la revelación que te da la palabra de Dios, te da la seguridad que estas en Cristo y que ya eres hijo de Dios.

1 Juan 3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.


Qué bueno es estar en esta posición de hijos!! Si aún no estás seguro, o no te es razonable y piensas que aun tienes que merecerte el favor de Dios, te aconsejo que ores y le pidas la revelación de su Palabra para que conozcas la verdad y seas realmente LIBRE.


Pastor Antonio Martinez

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