2 Corintios 11:3 Pero
temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean
de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.
El apóstol Pablo advirtió a la iglesia del peligro de
extraviarse en el camino. El desviarme del camino puede
traer muy malas consecuencias.
¿Qué es Extraviarse? Vía significa camino, senda, o sea es salirse
del camino. Es tomar un camino extra, no el correcto.
Debemos
entender que no caminamos ya nuestro camino, sino que si hemos proclamado a
Jesucristo como el Salvador y Señor de nuestras vidas, ya no caminamos para
nosotros, sino que caminamos por Él y para Él. Jesús mismo dijo: Yo soy el camino.
El
apóstol Pablo se refirió a esto en la epístola a los Gálatas diciendo:
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí;
y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me
amó y se entregó a sí mismo por mí.” ( Gálatas 2:20)
¿QUÉ ES LO QUE ME SACA DEL CAMINO?
El no
estar atento a las señales, el desobedecer las señales. Y también el hecho de que
podemos encontrarnos con señales engañosas.
A veces
por diferentes razones, manejando un vehículo, podemos perder el sentido de la
orientación. Nuestro sistema de navegación humano se turba con señales que
parecen las correctas.
De esa
manera a veces somos engañados por nuestra propia manera de pensar al creer que
estamos tomando las decisiones correctas, cuando no lo son.
Otras
veces el mismo enemigo pone señales engañosas, que aparentan ser las correctas,
y al final nos encontramos con que nos hemos salido del camino correcto y nos
hemos desviado.
La
Biblia nos ensena diciendo: “Hay camino que al hombre le parece derecho;
Pero su fin es camino de muerte.” (Proverbios 14.12)
Otra de las cosas que nos puede sacar del camino es
no estar atentos a las señales que Dios nos va poniendo al lado del camino. El
ignorar estas señales nos pueden traer muy malas consecuencias.
Lo peor es cuando aún viendo las señales, optamos
por tomar nuestros propios “atajos” y guiarnos por nuestros propios
razonamientos. Cuando vamos por una carretera, esperamos que quienes pusieron
las señales en el camino, pusieron las señales correctas en los lugares
correctos. Puede que algún ingeniero de transito se equivoque en la
señalización; pero Dios nunca se equivoca, pues quien nos señala el camino es
el mismo Señor Jesucristo, por lo tanto esas señales son confiables y seguras.
La
Biblia dice que “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera
a mi camino.” (Salmo 119.105)
También
dice: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia
prudencia.”(Prov.3.5)
Bastaría
solo unos segundos de distracción para tener un accidente en la carretera.
Estamos expuestos a distraernos, a tomar decisiones equivocadas, pero por sobre
todas las cosas debemos encomendar al Señor nuestro caminar diario estando
consientes que dependemos de su Palabra. Para andar seguros y confiados de
tener un viaje seguro y llegar a nuestro destino, debemos recibir esa Palabra
con humildad y obediencia, que es vital para tener un viaje feliz y sin
novedades en la ruta.
Podemos
tener toda la buena intención de llegar a nuestro destino, pero eso va a
depender de la forma que obedezcamos durante el camino. Por lo tanto no dejes
que nadie ni nada te distraiga de la “sincera
fidelidad a Cristo”.
Recuerda
que un viaje seguro no es solamente para ti, sino para los que van a tu lado.
No hay nada mejor que saber que estás haciendo la voluntad de Dios, y caminando
por sus caminos.
¡Dios
te bendiga!
Pastor Antonio Martinez B.